3er. lugar del Concurso de altares octubre 2001

Reseña ganadora del Tercer Lugar del Concurso de Altares celebrada el 31 de Octubre 2001 en Tepatepec Hidalgo.

Difícilmente podría encontrarse en Tulancingo, Hgo.,  un ciudadano mas religioso que Juan Chávez, de 54 años de edad, residente en el barrio del zoológico local y ” cristiano de  ley ” , aunque no venera las tradicionales imágenes de la iglesia católica, sino a la espantable figura de la Santa Muerte.

            El hombre a quien sus padres, a la hora de bautizarlo, ofrecieron no a Jesucristo, como es usual, sino a la Parca _ se jacta de tener en su domicilio “la única efigie de la Santísima Muerte que sin ser la mera ha sido bendecida por un sacerdote” . La imagen (una reproducción coloreada de una calavera  ataviada con largas vestiduras),  de unos 30 por 40 centímetros, descansa sobre una domestica capilla repleta de retratos de boda, ex votos y flores y recibió la bendición de un eclesiástico de la catedral de Nuestra Señora de los  ANGELES, porque Chávez la disimulo detrás de una representación de Cristo.

_ La gente le tiene miedo a nuestra  señora,  pero ella hace bienes y no males _ afirma el taxista Hidalguense Samuel vera, de 32 años de edad y padre de cuatro hijos _ yo no podía ver a mis niños porque mi ex mujer no me lo permitía, pero cuando empecé a llevarle veladoras negras a la santa que tiene Juan Chávez (porque no podía viajar diario hasta TEPATEPEC) logre reunirme con mis chamacos sin ningún impedimento.

Mi mujer se puso flaca, fea y hosca, así que ahora prendo veladoras rojas,  porque si seguía ofrendándolas negras, de seguro la infeliz se moría.

El peculiar culto a la Santa Muerte se origino en el poblado de TEPATEPEC, cabecera del municipio de Francisco I. Madero,  ubicado a 49 kilómetros de Pachuca y antiguamente  poblado por indígenas otomíes. En 1965, en el barrio los Hernández de dicha localidad, murió un otomí de 65 años de edad, conocida con el nombre de Albina y famosa en el rumbo por las supuestas curaciones milagrosas que realizaba.  La mujer tenia en su casa  una efigie que los devotos consideran la verdadera imagen de la Santa Muerte: un esqueleto de madera de un metro de altura, al que Albina reverenciaba y muchos feligreses del culto aseguran que representa a San Bernardo.

LOS NEGOCIOSOS DE DONATO

 

_ Sepa Dios porque le pondrían el nombre de un santo a semejante figura _ se escandaliza Antonia Cortes, una educada y católica viuda Hidalguense de 82 años de edad _ : que yo sepa, San Bernardo fue un hombre pió que nunca privo de la vida a nadie.

Tras el fallecimiento de la viuda Albina, dos sobrinos de la difunta _ Maneto y  José Cruz _ empezaron a transportar la CALACA de madera por el poblado “haciendo toda clase de conjuros raros para perjudicar y matar gente”, según dicen los enemigos del singular culto. En 1970, alarmado por la actividad de los hermanos Cruz, el sacerdote Donato Morelos _ conocido en el pueblo como “padre Nato” y párroco de TEPATEPEC de 1962 a 1987 _ organizo una excursión punitiva, confisco el esqueleto lo vistió de blanco, lo encerró en una caja de vidrio y lo entronizo en la iglesia de San Agustín,  donde la supuesta representación de San Bernardo desplazo a los otros santos del favor de los fieles y empezó a ser visitado por centenares de peregrinos que le ofrendaban veladoras negras y ex votos de oro y plata.

En opinión de la anciana Antonia Cortes,  al  padre Nato aquello le resulto buen negocio porque retiraba periódicamente las ofrendas valiosas que los feligreses depositaban ante el esqueleto. _  por esas épocas _ refiere Jesús Mendoza, de 65 años de edad, sacristán de la iglesia de San  Agustín _ sacábamos la efigie del nicho, colocábamos en el altar mayor junto al patrono de la iglesia y el primer viernes de cada mes celebrábamos misas bien bonitas.

El negocio de Donato Morelos y los servicios religiosos que Ayora el sacristán Mendoza acabaron en 1987, cuando el sacerdote Rigoberto Pintor fue nombrado párroco de TEPATEPEC  por el obispo de Tula  Jesús Sahún de la Parra el nuevo párroco empezó a quitar flores y cirios que los devotos de la santa muerte dejaban ante la  figura y a depositarlos en el altar mayor al pie de la virgen de Guadalupe, “que casi no tenían”.

Luego, como la gente seguía acudiendo a encender veladoras negras frente a la efigie confiscada a los sobrinos de la difunta Albina, el párroco Pintor decidió retirar la calavera del templo; pero las airadas protestas de la feligresía le hicieron desistir de su propósito: el esqueleto de San Bernardo o imagen de la Santa Muerte quedo en la iglesia, aunque al nicho se le puso llave para evitar que los visitantes manosearan la figura.

Actualmente, frente al receptáculo hay ex votos en forma de corazón, diademas y lazos de bodas, pulseras, anillos, cadenas, fotografías, azahares, gladiolas, crisantemos y rosas frescas.

VEN MUERTE, TAN ESCONDIDA…

_ Hace pocos años _ relata el sacristán Mendoza _ un matrimonio de San Luis Potosí me contó que nomás con ofrendarle a la Santa Muerte diez pesos de los de antes había logrado que el asesino de su único hijo, quien había sido puesto libre bajo fianza, muriera en un accidente de carretera.

_ Cerca de mi barrio _ dice Beatriz Puente, una Hidalguense que desde hace 3 años se encarga de cuidar el templo de San Agustín _ una mujer llamada Felipa critico la imagen de San Bernardo y la Santa Muerte la castigo dejándola flaca y amarilla. Solo se compuso después de haber pedido perdón y de haber donado docenas de veladoras blancas.

Prudentes algunos pobladores de TEPATEPEC afirman no haber oído nada del extravagante culto y otros reconocen “no haber pedido a la muerte nada, por miedo”. En numerosas localidades de Hidalgo las iglesias locales prohíben a sus fieles comprar o vender estampas con oraciones de la Santa Muerte, no obstante lo cual los comerciantes degradados y veladoras las expenden de manera semiclandestina, tras solicitar a sus clientes que no digan al sr, cura donde las adquirieron.

_ al que no cree en la Santísima le va mal _ asegura Chávez, quien se dice “protegido de la muerte” _ : un conocido mío a quien los médicos dijeron que su madre estaba enferma y desahuciada aventó al suelo e insulto una estampa con la imagen de la santa y días después se estrello con su camión y murió carbonizado.

¿ De veras mata o consuela, salva o condena este esqueleto de madera de San Bernardo?

 

LOS HIDALGUENSES QUE LE REZAN A LA SANTA MUERTE

TUMBA ANTIGUA  QUE SE ENCUENTRA AL SURESTE DE LA COLONIA “EL MENDOZA”

FUE DESTRUIDA POR BUSCAR DINERO.

 

AUTOR:  GUMARO MANZO BENITEZ

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